Nuestras fases del proyecto

La fase inicial de todo proyecto viene marcada por el proceso de diseño conceptual.

Se realiza un análisis de las necesidades, deseos, hábitos, expectativas, ideas, etcétera del cliente y el espacio a intervenir.
Estas premisas, denominadas briefing, marcarán las pautas del desarrollo de la idea de proyecto y serán las que determinen qué dirección se ha de tomar.
Alcanzada la idea del diseño conceptual, se realiza una presentación al cliente con todos aquellos datos, bien sean imagenes, dibujos, textos, catalogos, texturas, …, que ayuden a su transmisión de la manera más clara posible.
A partir de este momento comienza el trabajo de desarrollo de proyecto.
En base a los comentarios obtenidos se elaboran las modificaciones necesarias y se evoluciona el concepto hasta llegar a la plena conformidad por parte del cliente, sin olvidar los plazos que con lleva.

Una vez definido el diseño conceptual, comienza la elaboración del proyecto de ejecución, esto es: la definición de toda aquella información necesaria para la comprensión y puesta en marcha del espacio proyectado.

Se procede al desarrollo de la documentación del proyecto, planos constructivos y de instalaciones, detalles , selección de materiales y acabados, contacto con proveedores, solicitud de presupuestos estimativos, previsión de plazos, etc.

Finalizado este proceso, en el caso de los proyectos de arquitectura interior, se seleccionan al menos 2 constructoras de confianza para que realicen un presupuesto definitivo de la obra y sea posible comparar precios y plazos.
En los proyectos de decoración, se procede a la gestión de proveedores para elaborar el presupuesto final del proyecto.

La dirección de obra consiste en la organización y supervisión de todos los oficios a intervenir en el proceso de construcción e instalación del proyecto.

Resulta de vital importancia el controlar que todo aquello que se ha planteado se construya o implante de la misma manera que aparece reflejado en el proyecto de ejecución. Además de aportar la tranquilidad de resolver y aportar soluciones profesionales a los imprevistos que pudieran surgir durante el transcurso de la obra.